La diabetes es la enfermedad crónica responsable de que el páncreas no produzca suficiente insulina o no utilice eficazmente la insulina que se genera dentro del cuerpo. La insulina es la hormona que regula la concentración de glucosa en la sangre (glucemia). Uno de los síntomas más comunes de la diabetes son los niveles elevados de azúcar en sangre (hiperglucemia), que va dañando en forma severa órganos y sistemas del cuerpo, sobre todo al sistema nervioso y los vasos sanguíneos.
La diabetes se puede clasificar en dos tipos. La diabetes tipo 1 sucede cuando el sistema inmunitario agrede a las células del páncreas que elaboran insulina, obligando al paciente a obtenerla de alguna forma (vía inyección en la mayoría de los casos) para poder mantener una vida saludable. La diabetes tipo 2 provoca que el cuerpo no produzca suficiente insulina o no la utilice bien al quedarse en la sangre y no llegar a las células.
Es posible evitar o retrasar la aparición de la diabetes y sus consecuencias. Las principales recomendaciones giran en torno a mejorar los estilos de vida, específicamente: perder peso y mantener el peso saludable; diseñar, implementar y seguir un plan de alimentación saludable adecuando los alimentos que formarán parte de la dieta; realizar ejercicio en forma regular lo que permite bajar de peso y nivelar el azúcar en sangre; dejar de fumar (fumar genera resistencia a la insulina), entre otros.
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