Después de que un nuevo coronavirus (COVID-19) surgiera en Wuhan (China) y se extendiera rápidamente a nivel local, regional e internacional, con un aumento exponencial en el número de casos y muertes; el 30 de enero de 2020, el Director General de la OMS declaró el brote de COVID-19 como una emergencia de salud pública de importancia internacional. En América Latina y el Caribe, Brasil notificó el primer caso el 26 de febrero de 2020; propagándose a los 54 países y territorios de la Región de las Américas. En Perú, el 5 de marzo de 2020 se confirmó el primer caso de COVID-19 hasta el 25 de abril del presente año, se han evaluado muestras de COVID-19 para un total de 38,548,796 personas, resultando en 4,501,569 casos confirmados, 34,047,227 casos negativos y 220,132 defunciones.
La información disponible sobre la cantidad de casos de COVID-19 reportados alrededor del mundo evidencian una disminución en los distintos continentes durante los primeros meses del 2023, reportando alrededor de 178 000 casos al día. En América Latina podemos observar el repunte de casos reportados en Brasil desde finales del año pasado. En cuanto a nuestro país, se puede observar que el número de casos confirmados de COVID-19 ha ido disminuyendo desde su pico en 2020, aunque ha habido un ligero aumento en los últimos días. El número de fallecidos también ha ido disminuyendo, actualmente la tasa de letalidad por COVID-19 en Perú es de alrededor del 4,9%.
Se requieren mayores compromisos para fortalecer la vigilancia efectiva en la lucha contra la COVID-19, integrándola en los sistemas de enfermedades respiratorias ya existentes. Las pruebas y la secuenciación son esenciales para entender el desarrollo del virus SARS-CoV-2. La OMS enfatiza solucionar problemas graves como la falta de datos adecuados para una rápida, fiable y sólida evaluación de las variantes del SARS-CoV-2, limitada vigilancia en la interfaz entre humanos y animales, donde podría originarse la próxima variante preocupante.
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