Los antioxidantes son sustancias que previenen la oxidación y protegen a las células de los efectos de los radicales libres. Entre los más destacados encontramos a los betacarotenos, la luteína, el licopeno, el selenio y las vitaminas A, C y E. Los mecanismos de acción por los que los antioxidantes previenen la oxidación o protegen a las células del daño oxidativo consisten en la interacción directa con los radicales, eliminandolos o transformándolos en menos reactivas.
Los antioxidantes también protegen a las células del cuerpo de los agresores externos o factores que predisponen a su daño. Los estilos de vida no saludables pueden generar daño y estrés celular por acumulación de radicales libres, que si no son revertidos a tiempo y de manera correcta podrían agravar el estado de salud, acelerar el proceso del envejecimiento y predisponer a la aparición de enfermedades crónicas, degenerativas y cancerígenas.
Existen diversos compuestos que pueden actuar como antioxidantes; por ejemplo, los carotenoides (p.ej., betacaroteno, luteína, licopeno) los que se pueden identificar por el color rojo-naranja de los vegetales que los contienen. Las vitaminas C y E también actúan como antioxidantes. Además, los alimentos de origen vegetal son las mejores fuentes de antioxidantes, es importante que la mitad de su consumo diario de alimentos sean frutas y vegetales (especialmente verde oscuros, rojos y anaranjados).
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