El uso de los distintos tipos de mascarillas, junto con la higiene de las manos y otras medidas preventivas, son una estrategia importante para reducir la propagación del COVID-19.
Las mascarillas quirúrgicas pueden ayudar a bloquear las gotitas más grandes de partículas, que podrían contener microbios, virus y bacterias, para que no lleguen a la nariz o la boca.
El protector no debe reemplazar a la mascarilla, ambos son escudos que pueden disminuir el riesgo a la exposición al COVID-19.
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