La disrupción digital se refiere a las consecuencias que interrumpen o cambian el curso de las nuevas tecnologías, siendo un término ampliamente utilizado en el ámbito empresarial. Esta transformación ha dejado una profunda huella en la sociedad, con ideas e innovaciones que marcan la diferencia. La pandemia del COVID-19 ha sido un factor clave para el crecimiento de la disrupción digital, representando un desafío sin precedentes. Muchas organizaciones han recurrido a la tecnología para mantener sus ingresos, mientras que otras han aprovechado las redes sociales y el servicio a domicilio.
La disrupción digital presenta numerosos ejemplos y usos clave en el entorno de la organización. En lugar de reaccionar pasivamente o ignorar las nuevas tecnologías, se debe adoptar un enfoque proactivo y participar en estas transformaciones de la industria. La capacidad de mantenerse al día con lo digital y utilizarlo de manera efectiva permite la competencia con rivales más grandes. La combinación de tecnologías esenciales, como la inteligencia artificial, la realidad aumentada, el blockchain y los drones, entre otros, tiene el potencial de alterar industrias y cambiar las formas tradicionales de hacer negocios.
La disrupción digital implica un cambio radical en los modelos de negocio existentes, redefiniendo los procesos utilizados y preparando el camino hacia la evolución y el crecimiento. Conlleva un cambio de mentalidad en las empresas y una transformación a nivel global, que afecta a todas las partes de la organización. Su impacto se traduce en un aumento de la productividad, una mejora en el servicio al cliente y una reducción de costos en los procesos.
