El asma es una de las enfermedades no transmisibles más relevantes, afecta a niños y adultos a través de la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias en forma de tos. Aunque los síntomas no son continuos, suelen agravarse durante las noches o al realizar ejercicio físico; además de factores externos como el polvo, humo, gases, clima, polen, pelajes y plumas, entre otros.
Se vive con asma todos los días; pero se puede controlar para vivir una vida normal y sana. Para ello es importante identificar los 4 principales síntomas: sibilancia (escuchar un sonido parecido a un silbido cuando respira), tos frecuente (sobre todo en la noche), dificultad para respirar (sentir que no ingresa suficiente aire en sus pulmones) y opresión en el pecho (sobre todo en el frío o al hacer ejercicio).
Esta enfermedad se puede tratar con medicamentos de alivio rápido o de control a largo plazo. Los de alivio rápido como los inhaladores pueden ayudar a calmar un ataque de asma específico en el momento. Los de largo plazo ayudarán a disminuir la frecuencia e intensidad de los ataques, mas no ayudará en el momento de un ataque específico. Todo diagnóstico debe ser por el especialista antes de optar por cualquiera de los dos tratamientos.
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