Automedicación y COVID-19

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A finales de diciembre del año 2019 empezó a propagarse desde China (Wuhan), un nuevo tipo de coronavirus que posteriormente fue denominado como SARS-CoV-2, desde entonces, la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) se ha extendido rápidamente por el mundo. Declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una epidemia el 30 de enero del 2020, fue caracterizada como una pandemia pocos días después. Esta enfermedad representa uno de los desafíos más grandes que enfrentan los sistemas de salud a nivel mundial. Según el último reporte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), acerca de la situación de COVID-19 en la Región de las Américas, al 26 de mayo se notificaron 180 734 casos y 4 708 muertes adicionales en las últimas 24 horas, lo que representa un aumento relativo del 0,27% en los casos y un aumento relativo del 0,29% en las muertes, en comparación con el día anterior (1).

De acuerdo con la OMS, la automedicación, se puede definir como el uso de medicamentos para tratar trastornos o síntomas autodiagnosticados, o el uso intermitente o continuo de un medicamento recetado para enfermedades o síntomas crónicos o recurrentes(2). La automedicación, representa un problema de salud pública tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo por las implicancias que trae consigo. En nuestro país, las oficinas farmacéuticas (boticas y farmacias) del sector privado se han convertido en establecimientos farmacéuticos más accesibles para las personas, donde obtienen la mayoría de medicamentos, muchas veces sin receta médica, lo que posibilita la práctica de automedicación y el uso irracional de medicamentos en la población.

 Durante la pandemia, se conoció el uso de un término asociado al intercambio excesivo de información no necesariamente precisa, en respuesta a una situación aguda como la actual emergencia sanitaria, y amplificada por los medios de comunicación, redes sociales y difundida por el miedo colectivo, la “Infodemia”. Este fenómeno trajo consigo la difusión de información inexacta sobre diversos tratamientos para COVID-19, se pudo observar un estímulo colectivo al uso irracional de medicamentos lo que desencadenó diversos problemas de salud relacionados al uso indebido y excesivo de los mismos. Una encuesta realizada en los distritos de Lima Norte, reveló que se pasó de un mayor consumo de analgésicos y antiinflamatorios a un mayor consumo de antibióticos/antinflamatorios y medicamentos como la ivermectina, durante la pandemia (3).

Aunque no existe un enfoque preventivo y terapéutico específico para el tratamiento de la COVID-19, el uso descontrolado de medicamentos para “prevenir” y “tratar” esta infección se extendió rápidamente entre las personas sin tomar en cuenta los riesgos a los que están expuestos. Llamó especial atención el uso de ivermectina de grado veterinario. La Administración de Alimentos y Medicamentos​, FDA por sus siglas en inglés, recibió múltiples informes de pacientes que requirieron asistencia médica e incluso fueron hospitalizados luego de automedicarse con ivermectina prevista para los caballos (4).

Tras la utilización no controlada de medicamentos o productos farmacéuticos, existe una mayor probabilidad de presentar reacciones adversas. Según el Decreto Supremo N° 016-2011-SA Reglamento para el registro, control y vigilancia sanitaria de Productos farmacéuticos, dispositivos médicos y productos sanitarios (5), una reacción adversa a medicamentos (RAMs) se define como cualquier reacción nociva no intencionada que aparece tras el uso de un medicamento o producto farmacéutico en el ser humano para profilaxis, diagnóstico o tratamiento o para modificar funciones fisiológicas. Estas reacciones se clasifican en:

  • –       Leve, cuando presentan signos y síntomas fácilmente tolerados.
  • –       Moderada, cuando interfiere con las actividades sin amenazar la vida del paciente.
  • –       Grave, cuando se pone en peligro la vida o causa la muerte del paciente.

Otros riesgos asociados a la automedicación incluyen: autodiagnóstico erróneo, tratamiento equivocado, dosis incorrecta, forma de administración incorrecta, interacciones medicamentosas peligrosas, resistencia bacteriana, polifarmacia, dependencia farmacológica, retrasos en la atención médica y enmascaramiento de una enfermedad grave, entre otros. La automedicación puede traer consigo múltiples consecuencias sobre la salud de las personas, sin embargo, esta práctica debe entenderse como un problema integral, atribuirlo sólo a los consumidores constituiría un error, existen muchos otros factores involucrados como los medios de comunicación.

Por ello, es deber de los profesionales de la salud alentar a las personas a revisar fuentes de información confiables como la OMS y las autoridades nacionales de salud (MINSA, DIGEMID, etc.) o a solicitar asesoría sobre medicamentos a profesionales de la salud idóneos como médicos y químicos farmacéuticos, estas acciones contribuyen en gran medida a preservar la salud de las personas y a sensibilizar a la población sobre los riesgos asociados a la automedicación producto de la desinformación en torno a COVID-19. Asimismo, se recomienda a la población en general a seguir cumpliendo con las medidas de prevención para reducir el riesgo de contagio: el uso de doble mascarilla, el lavado o desinfección de manos constante, el distanciamiento social, evitar lugares conglomerados, entre otros.

Referencias Bibliográficas

1. Brote de enfermedad por el Coronavirus ‎‎(COVID-19)‎ – OPS/OMS | Organización Panamericana de la Salud [Internet]. [citado 27 de mayo de 2021]. Disponible en: https://www.paho.org/es/temas/coronavirus/brote-enfermedad-por-coronavirus-covid-19

2.  World Health Organization. Guidelines for the regulatory assessment of medicinal products for use in self-medication. 2000;(WHO/EDM/QSM/00.1). Disponible en: https://apps.who.int/iris/handle/10665/66154

3. Navarrete-Mejía PJ, Velasco-Guerrero JC, Loro-Chero L. Automedicación en época de pandemia: Covid-19. Rev Cuerpo Méd HNAAA. [Internet]. 2020;13(4):350-5. doi: http://cmhnaaa.org.pe/ojs/index.php/rcmhnaaa/article/view/762

4. Por qué no debe utilizar ivermectina para tratar o prevenir el COVID-19. [Internet]. U.S. Food & Drug Administration. 11 de marzo de 2021. Disponible en: https://www.fda.gov/consumers/articulos-en-espanol/por-que-no-debe-utilizar-ivermectina-para-tratar-o-prevenir-el-covid-19

5. Decreto Supremo N° 016-2011-SA Reglamento para el registro, control y vigilancia sanitaria de Productos farmacéuticos, dispositivos médicos y productos sanitarios [Internet]. [citado 20 de mayo de 2021]. Disponible en: https://www.gob.pe/institucion/minsa/normas-legales/243290-016-2011-sa

Q.F. Nieves Alejandra Cama Ttito
Químico Farmacéutico, en el Área de Medicina del Trabajo. 
Dirección Ejecutiva de Medicina y Psicología del Trabajo del Centro Nacional de Salud Ocupacional y Protección del Ambiente para la Salud del Instituto Nacional de Salud.
Cómo citar:
Cama N. Automedicación y COVID-19 [Post de un blog]. INSteractúa: Blog de salud, ciencia y tecnología. 25 de junio de 2021. [Citado 25 de junio de 2021]. Recuperado a partir de: http://insteractua.ins.gob.pe/2021/06/automedicacion-y-covid-19post.html

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