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Efectos Tóxicos del Mercurio para la Salud.

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El mercurio es el único metal pesado, tóxico, venenoso y no tiene una función fisiológica en el organismo. El mercurio, puede cambiar de estado y especie, pero no puede ser degradado ni destruido; una vez liberado y emitido a la biosfera, puede tener una gran movilidad, circular entre la superficie terrestre y la atmósfera, y entrar a la cadena trófica de los organismos vivos, incluyendo al hombre. 

La contaminación ambiental del mercurio proviene de fuentes naturales como las erupciones volcánicas, o de las emisiones antropogénicas como la combustión de fósiles, los procesos de incineración, las cementeras, la industria cloroalcalina, la producción de elastómeros de poliuretano, la minería, la extracción aurífera artesanal y de pequeña escala, o bien los depósitos creados por estas emisiones que nuevamente se evaporan pasando a la atmósfera y se introducen en los ciclos biológicos.
El mercurio se encuentra presente en la naturaleza (aire, agua y suelo) en una variedad de formas químicas y físicas, los cuales pueden clasificar en tres tipos: mercurio elemental o metálico, mercurio inorgánico y mercurio orgánico.

El Perú es el mayor importador de mercurio de Sudamérica, el que es usado en la minería artesanal, la producción de cloro álcali, en amalgamación dentales y para reexportación a otros países. También el Perú importa mercurio en productos manufacturados, como pilas y baterías, computadoras y componentes electrónicos diversos, lámparas fluorescentes y termómetros. Sin embargo, el uso principal del mercurio en el Perú es la minería artesanal y pequeña minería.

Las personas pueden estar expuestas a vapor de mercurio, a sus sales inorgánicas y compuestos orgánicos; cada estado de oxidación, así como cada especie química, da lugar a efectos característicos sobre la salud. Esta exposición puede ser:

Las vías de ingreso del mercurio al organismo son la inhalatoria, digestiva y dérmica. No todas las formas de mercurio entran al cuerpo con facilidad, aunque entremos en contacto con ellas. Por esta razón, es importante saber a qué forma de mercurio se expuso y cuál fue la vía de exposición (el aire, los alimentos o la piel). Los seres humanos absorben el mercurio, de diversas formas: 

El mercurio representa serias amenazas a la salud humana por su persistencia; movilidad (en la atmósfera puede transportarse a largas distancias); capacidad para formar compuestos orgánicos, bioacumulación (se acumula en los seres vivos) y biomagnicación (aumenta la concentración a medida que se asciende en la cadena trófica). Los efectos del mercurio en la salud dependen de su forma química, la ruta de exposición y la cantidad recibida y, por lo tanto, los síntomas y signos varían según la exposición sea al mercurio elemental, a los compuestos inorgánicos o a los compuestos orgánicos de mercurio (metilmercurio). 

En general, los principales efectos de la toxicidad del mercurio y sus compuestos se presentan en el sistema nervioso, sistema renal y cardiovascular, sin embargo, otros sistemas pueden ser afectados incluyendo enfermedades respiratorias, gastrointestinales, hematológicas, el sistema inmunológico y reproductivo. 

En caso de ingestión accidental o intencional de sales de mercurio, los efectos están relacionados primero con el sistema digestivo, incluyendo estomatitis, dificultad para comer alimentos, salivación excesiva, dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea, pudiendo también observar daños renales. 
En intoxicaciones crónicas, el sistema nervioso es el principal afectado por atravesar la barrera hematoencefálica, afectando predominantemente la corteza cerebral. Así, los trastornos neurológicos y de comportamiento han sido informados como los primeros signos de intoxicación que incluyen disminución de la memoria, debilidad emocional, irritabilidad, excitación, la timidez excesiva, baja autoestima nerviosismo e insomnio. 

FUENTE: EL ESPECTADOR

Los signos más comunes de la neurotoxicidad son las alteraciones sensoriales, temblores, deterioro de la audición, afectación del campo visual y dificultad para caminar, especialmente durante el embarazo, los efectos de la exposición al metilmercurio son preocupantes, ya que los bebés pueden presentar una variedad de anormalidades en el desenvolvimiento neurológico. Asimismo, estar expuesto durante el embarazo puede causar daño cerebral permanente en el bebé.  Por estos motivos hay que estar alertas ante la presencia del mercurio en nuestras vidas.

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