Los juguetes son uno de los presentes más adquiridos durante las vísperas de Navidad. Sin embargo, siempre existen los riesgos de que algunos de estos puedan tener sustancias tóxicas las que logran ser nocivos para la salud de los pequeños.
Una forma en la que puede ingresar el plomo al cuerpo del niño es por ingestión o por vía respiratoria. Cuando el niño coge el juguete o se lo mete a la boca, si es mala la calidad de la pintura se descascara. Estas sustancias pueden afectar el crecimiento, desarrollo neurológico, conductual, problemas digestivos, cuadros de estreñimiento, cuadros de diarrea y problemas de anemia que se van presentando conforme pasa el tiempo.