«En los últimos años, ha aumentado la propensión a la sequía como consecuencia del cambio climático, por ello debemos preservar nuestro recurso hídrico para evitar que las sequías afecten a más zonas y sean más intensas y frecuentes» (Cepal, 2013)
“Entendemos como desertificación a la degradación de las tierras en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, como resultado de diversos factores como las actividades humanas y las variaciones climáticas. En nuestro país, este problema influye en la seguridad alimentaria y en la pobreza de las zonas afectadas por la desertificación, requiriéndose el desarrollo de prácticas de manejo sostenible de las tierras, como la reforestación, forestación, siembra y cosecha del agua, microreservorios, riego tecnificado, captación de agua de neblina, entre otros” (MINAM, 2017).
Fuente: Recursos Educación Ambiental