Problematizando el concepto de medicina tradicional

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Como bien señala Eduardo Menéndez (1) , la categoría “Medicina Tradicional” es generalmente asociada a una serie de prejuicios que la definen como aquello contrario a lo moderno, inmodificable, propia de grupos subalternos  y opuesta a la biomedicina y a la experimentación.  ¿Cómo fue que los sistemas médicos indígenas y campesinos llegaron a ser vistos de manera tan esencialista? ¿Cuáles son las consecuencias de esta caracterización para el entendimiento de estos sistemas médicos? 

Para responder a estas preguntas debemos primero fijarnos en el origen de esta categoría, que surge como una propuesta desde la propia medicina hegemónica, respondiendo a su lógica e intereses. Su uso se expande entre las décadas de los sesenta y ochenta del siglo pasado como parte de dos procesos interrelacionados. El primero corresponde a la búsqueda de un término que permita describir y analizar los discursos y prácticas terapéuticas de grupos indígenas y rurales.

El segundo proceso se vincula con las acciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para difundir e implementar un programa de inclusión de terapeutas y recursos tradicionales en las acciones de Atención Primaria de la Salud (APS) para países del “Tercer Mundo”, como una respuesta frente a la crisis de los sistemas médicos oficiales de los países periféricos.

En estos procesos, los sistemas médicos oficiales extrapolaban muchas características de su estructura y funcionamiento para aplicarlas a estos sistemas médicos.  En otras palabras, los recursos terapéuticos indígenas y campesinos atravesaron por un proceso de medicalización y la “Medicina Tradicional” comenzó un largo proceso de evaluación, calificación y selección que está lejos de concluir. Todo esto convierte a la “Medicina Tradicional” en una categoría problemática debido a que: 

  • Engloba sistemas médicos y prácticas sumamente diversas. 
  • Generalmente es definida por comparación y en oposición a la biomedicina.
  • Es entendida muchas veces bajo categorías y conceptos de la biomedicina y categorías “Occidentales”.
  • Se asocia a un determinismo cultural en el que los procesos históricos, experiencias y determinantes sociopolíticos y económicos son secundarios. 
  • Se tiende a sobre-estructurar, simplificar y homogenizar instituciones, conocimientos y prácticas bastante difusas y variables incluso dentro de un mismo grupo social y cultural

Por este motivo, diversos antropólogos médicos (2) han comenzado a utilizar otros conceptos alternativos para describir las realidades de la atención de la salud y la enfermedad en contextos indígenas y campesinos. Dos de los principales son los de “Sistema Médico” y “Pluralismo Médico”.  

 FUENTE: RAICES

Desde la antropología, los sistemas médicos son un “conjunto organizado de recursos humanos, tecnologías y servicios específicamente destinados al desarrollo y prácticas terapéuticas para la atención de la salud individual o colectiva”(3). En la actualidad, la mayoría de sistemas médicos, como los campesinos e indígenas son estructuras pluralistas (4) , en las que prácticas de diferentes tradiciones médicas se combinan y alternan, manteniendo una relación competitiva o complementaria en el manejo de la enfermedad.  

Esto implica procesos de interacción en diferentes dimensiones que abarcan (5):

  • Sistemas explicativos sobre la salud y enfermedad.
  • Terapeutas de diverso tipo.- Repertorios y recursos terapéuticos. 
  • La presencia de marcos institucionales de reconocimiento de  conocimientos, agentes y procedimientos diferenciados. 
  • El desarrollo de sistemas de cuidado particulares. 

El abordaje de sistemas médicos pluralistas nos permite trascender la mirada que consideraba que a cada pueblo o grupos social le correspondía un sistema de salud único y homogéneo y que los pueblos indígenas y campesinos sólo tenían medicina tradicional. 

Referencias:

  1.  MENÉNDEZ, Eduardo. “La enfermedad y la curación. ¿Qué es la medicina tradicional?” p. 71-83. En: Revista Alteridades. Vol. 7. 1994.
  2. KOSS-CHOINO Joan, LEATHERMAN Thomas y Greenway. Medical Pluralism in the Andes. London: Routledge, 2003. GOLD Catherine y CLAPP Roger. “Negotiating health and identity: lay healing, medicinal plants, and indigenous healthscapes in highland Peru”. p. 93-111. En: Latin American Research Review. Vol. 46. N° 3. 2011KLEINMAN, Arthur. “Concepts and a Model for the Comparison of Medical Systems as Cultural Systems”. p. 85-93. En: Social Science & Medicine. Vol. 12. N° 1. 1978.
  3. PEDERSEN, Duncan y Veronica BARUFFATI. «Healers, Deities, Saints and Doctors: Elements for the analysis of medical systems». pp. 487-96. En: Soc. Sc. Med. Vol. 29. N° 4. 1989.
  4.  JORALEMON, Donald. “Medical Pluralism in the Andes”. p. 446-7. En: Medical Anthropology Quarterly. Vol. 19. N° 4. 2005CRANDON, Libbet. “Medical dialogue and the political economy of medical pluralism: a case from rural highland Bolivia”. p. 463-74. En: American Ethnologist. Vol. 13. N° 3. 1986BAER, Hans. “Medical Pluralism”. En: Encyclopedia of Medical Anthropology: Health and Illness in the World’s Cultures. New York. Springer. Carol and Melvin Ember (eds.). 2004. p. 109-16.
  5. PORTOCARRERO, Julio. Hacia una epidemiología de los padecimientos invisibles: variaciones en la interpretación y respuesta frente a los síndromes culturales en dos comunidades quechua de la provincia de Churcampa, región Huancavelica. Tesis Maestría PUCP. 2015

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