Los golpes de calor se producen cuando la temperatura del cuerpo aumenta rápidamente y no puedes bajarla. Puede ser potencialmente fatal si provoca daños en el cerebro y otros órganos vitales.
Las elevadas temperaturas del verano pueden causar graves lesiones entre los colectivos más vulnerables como los niños y las personas mayores.
El diagnóstico de un golpe de calor se realiza en función de la historia clínica y el examen físico del paciente, ya que puede variar de forma considerable entre un enfermo y otro. Si una persona sufre un golpe de calor, se recomienda ponerse en contacto de forma inmediata con el servicio de urgencias. Hasta que los profesionales acudan, se recomienda mantener a la persona afectada tumbada en una habitación oscura y tratar de enfriar el cuerpo con un baño o ducha fría y aplicando paños húmedos sobre la piel (simulando la acción del sudor).
Temas relacionados:
- Medio ambiente