La relación médico-paciente es una conexión crucial en la atención médica que se brinda, en la que el profesional es responsable de proporcionar el mejor cuidado posible y garantizar el bienestar del paciente; además está basada en la comunicación abierta, honesta y respetuosa entre ambas partes, donde se tienen en cuenta la autonomía y los valores del paciente, manteniendo siempre la privacidad y confidencialidad. Esta relación también toma en cuenta la confianza mutua y la empatía, lo que contribuye a mejorar la satisfacción del paciente y la calidad de la atención médica.
En la atención geriátrica, la relación médico-paciente no sólo implica la prestación de atención médica adecuada, sino también la creación de un vínculo de confianza y empatía con el paciente y su familia. El médico debe tener en cuenta los factores psicológicos, sociales y emocionales del paciente, y trabajar en conjunto con él y su familia para establecer metas realistas y personalizadas de cuidado y tratamiento.
Es importante tomar en consideración algunas recomendaciones en la relación entre el médico y el paciente adulto mayor como establecer una comunicación (verbal y no verbal) clara y efectiva, utilizando un lenguaje sencillo y fácil de entender para el paciente, evitando tecnicismos y términos médicos complejos. Se debe respetar la autonomía del paciente y su capacidad de decisión, tomando en cuenta sus preferencias y necesidades en cuanto al tratamiento y cuidado médico. Es fundamental fomentar la empatía y la comprensión hacia el paciente, reconociendo sus miedos, preocupaciones y expectativas.
Fuente: Diseño PGC. Barrantes-Monge M, Rodríguez E, Lama A. Relación médico paciente: derechos del adulto mayor. Acta Bioeth. 2009;15(2):216-221. DOI: 10.4067/S1726-569X2009000200013. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2850536/
