La influenza es una infección causada por un virus, que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y los pulmones. La infección dura aproximadamente una semana y se presentan síntomas como fiebre alta, dolores musculares, cefalea malestar general importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis. El virus se transmite de una persona a otra a través de pequeñas gotas y partículas expulsadas con la tos o estornudos.
Los virus de la influenza A se pueden dividir en subtipos, según los genes que componen las proteínas de su superficie. Los virus de la influenza A están presentes en muchos animales diferentes, como patos, pollos, cerdos, caballos, ballenas y focas; pudiendo ser responsables de la transmisión de los virus al estar en contactos con los humanos.
La Organización Mundial de la Salud recomienda prevenir la enfermedad a través de la vacunación. En los adultos, la vacunación antigripal es protectora. Sin embargo, en los ancianos la vacunación puede ser menos eficaz para prevenir la enfermedad, aunque reduce la gravedad de la enfermedad y la incidencia de complicaciones y muertes.
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